Te fuiste sin avisar
para no regresar,
dejando un vacío,
alejándote de todo,
dejándolo callejear.
Sin saber dónde quedar,
sin parada ni destino,
siendo un pobre huérfano
que no puede confiar
ni tiene a quién amar.
Con el corazón fogoso
siente un deber profundo;
lo único que aprende es a odiar
a quie le podría importar.
Al pasar por el camino
se encuentra un obstáculo
que no lo deja brillar.
Si pudieras despertar
llorarías al observar.
Guislam Dris (3º A ESO)