En mi barrio hay casas nuevas y viejas, pero solo hay "matas". No hay ni un solo bloque de pisos, y la mitad de las casas son compradas, no alquiladas. Son grandes y están bien distribuidas.
En mi barrio somos una piña: todos nos ayudamos cuando hay problemas. Las mujeres no son "aguafiestas" como en otros sitios, en los que no nos dejan jugar, sino que podemos jugar en la calle y también sentarnos en sus puertas. Aunque no digo que no haya cotillas, que sí las hay.
En mi barrio no te puedes aburrir con los niños que hay. Los niños son los que devuelven al barrio la poca alegría que nos quita la silueta de los "yonquis" y borrachos. Pero aunque haya borrachos, no molestan mucho ni te miran, solo siguen a su rollo.
Así que si la gente quiere hablar mal de mi barrio, que hable, porque me da igual. A mí me gusta mi barrio tal y como es.
Kauzar El Founti