2 de enero de 2015

Nana del gitanillo

Me pesa en brazos

la carne morena

de tu cuerpecito.

¡Duérmete, mi amor!

Por el río adelante

va la luna llena

y azota con junco

lobos de carbón.

¡Que no! ¡Que aquí no!

Ya vuelan los pájaros

negros de tus ojos

a mi corazón.

La fragua distante

levanta en el viento

su constelación.

Yunques y martillos

harán con tus sueños

ánforas de sol.

La rueda del carro,

con polvo de luna,

cesa en su canción.

El caballo esconde

su trote mejor.

¡No llores, mi niño!

¡Duérmete, mi amor!


Julio Alfredo Egea