Esta historia trata sobre mí. Me casé con un soldado llamado Raúl. Éramos muy jóvenes y felices. Al cabo del tiempo tuvimos una hija llamada Andrea. Pasados unos meses del nacimiento de Andrea, a Raúl le comunicaron que tenía que incorporarse para ir a la guerra.
Tras un corto viaje en avión, llegaron a una isla en la que falleció a causa de los disparos. Al día siguiente, la Oficina del Ejército me envió un telegrama que decía: "Lamentamos comunicarle que su esposo Raúl ha fallecido. Nuestro más sentido pésame".
Entonces rompí la carta, cogí a mi hija y nos fuimos al entierro de su padre. Andrea tuvo la ocasión de despedirse de su padre, aunque prácticamente no lo llegó a conocer.
Texto y dibujo: Mariem Mohamed
2º E ESO