22 de marzo de 2012

Lazarillo de Tormes

Érase una vez una joven humilde, que vivía en un pueblo muy lejos de la ciudad. Sus padres tenían problemas económicos, y como no podían criarlo, lo abandonaron cuando tenía tres años.

Él vive con una vieja amiga de su madre. Tiene que buscarse la vida, y trabaja picando piedras en una granja. Ya es conocido,  y tiene varios amos.


El 14 de mayo de 1553, su madre biológica fue a visitar a su amiga (la madre adoptiva de Lazarillo). Cuando llegó a la casa, se encontró con que su hijo Lazarillo no sabía nada. Lazarillo se sintió incómodo cuando su madre entró en la casa y se fue a su habitación, pero su madre le persiguó y le dijo:
- Lazarillo, ¿no crees que tenemos una conversación pendiente?
- No sé quién eres -, le contestó Lazarillo.
- ¡Soy tu madre biológica!

Al principio Lazarillo no quería hablar con ella, pero cuando le explicó por qué lo había abandonado, él la entendió y se reconciliaron. La madre se quería llevar a Lazarillo con ella, pero su amiga no le dejó, y la denunció.

El 27 de noviembre de 1671 fueron a juicio, y le dieron la patria potestad de Lazarillo. La madre se puso contenta, y la amiga reconoció que hizo mal al denunciarla y le pidió perdón.

Lazarillo fue a casa de su madre y vio que estaba muy bien económicamente y le dijo:
- Mamá, ya que tienes dinero para pagar mis estudios, quiero estudiar medicina. - A la madre le pareció una idea excelente. 

Desde entonces, la vida de Lazarillo fue mejor. Trabajaba y tenía unos ahorros. Fue al horfanato donde él estuvo y donó todo su dinero. Los niños, muy contentos, le decían:
- Gracias, gracias. Lazarillo, te echamos de menos en el horfanato. ¡Te queremos todos!

Y él volvió a su casa y le contó todo lo sucedido a su madre.


Yasmina Al-lal (2º C ESO)