14 de enero de 2017

Los Autos Locos

Estoy casi seguro de que aquellos que ya peinan canas y aquellas que las disimulan bajo tintes o mechas, habrán sonreído al leer el título. A los que son demasiado jóvenes, les recomiendo que busquen un episodio cualquiera de esta desternillante serie. Si les da pereza o no tienen ocasión, les propongo un paseo matutino por circunvalación: contemplarán el festival del absurdo que se forma casi todos los días en la intersección que conduce a la frontera de Farhana. Es lo más parecido que tenemos en Melilla a aquellas carreras de vehículos imposibles manejados por unos conductores, digamos, peculiares.

Buscando los nombres de los coches de aquella serie, he encontrado algunos muy divertidos, que les vendrían como anillo al dedo a todos esos Mercedes que milagrosamente se mantienen en pie y que circulan tartamudeando y sembrando el terror por nuestras calles: el Rocomóvil, el Espantomóvil, el Súper Chatarra Special, la Antigualla Blindada o el Troncoswagen.

En aquellas carreras nunca llegaban todos a la meta, y casi nadie terminaba conforme, pero reinaba un cierto orden en medio del caos de ocurrencias, trampas y accidentes. Con nuestros Mercedes Locos ocurre casi lo mismo, a no ser que acuda la policía a romper con sus coches, sus luces y sus silbatos la estresante desarmonía en la que navegan nuestros inofensivos trabandistas.


Antonio Molina Burgos

Profesor de Matemáticas