1 de agosto de 2015

El triunfo de la vida (XIV)


En pocas horas el avión empezaba a aterrizar en el aeropuerto alemán. Casandra salió la última, porque no se encontraba bien. Caminaba por el aeropuerto cuando notó que sus dolores leves empeoraban, y tenía muchas ganas de vomitar. Casandra no podía continuar, pero tampoco podía ir al médico. No encontraba solución: su única opción era seguir su camino hasta la casa de su tía Rajae.

Por fin llegó a la ciudad, y buscó la dirección de su tía. Cuando encontró el portal, subió las escaleras cautivada por la emoción. Llamó y llamó a la puerta, pero nadie contestaba, hasta que salió la vecina de enfrente alarmada por los golpes que estaba dando.

- Hola, muchachita, ¿buscas a alguien?

- Hola. Busco a mi tía. Hace mucho que no la veo. Estoy llamando, pero no contesta nadie. Seguramente no está.

- Muchachita, si Rajae es tu tía, ¿cómo no sabes que dejó esta casa hace años?

A Casandra se le llenaron los ojos de lágrimas. Para ella supuso un golpe muy fuerte, pero se dirigió a la vecina simulando una sonrisa.

- ¿Sabe dónde vive ahora?

- ¡Ay, jovencita! Me vas a perdonar, pero nunca llegué a preguntarle a qué lugar se mudaba. Es que tu tía y yo no teníamos demasiada confianza, a pesar de que llevábamos viviendo en esta casa muchos años. Mi nombre es Montserrat, soy española.

Casandra sentía más ganas de llorar y le saltaron todas las lágrimas que le quemaban por dentro. La vieja vecina la miró y sintió una gran pena por ella.

- Muchacha, en tus ojos veo una gran tristeza, ¿cómo te llamas?

- Me llamo Casandra.

La anciana la invitó a pasar a su casa. Tomaron café y conversaron un gran rato. Pronto se hicieron amigas y Casandra decidió quedarse hasta encontrar a su tía.

Más tarde, a Casandra le entraron de nuevo el mareo y los dolores leves que no la dejaban descansar. Montserrat se dio cuenta de que se encontraba mal; estaba pálida y le preguntó:

- Estás pálida, ¿te encuentras bien?

- La verdad es que me encuentro mal, tengo muchos mareos.

La anciana sintió pena por Casandra y la llevó a urgencias para que la atendieran rápidamente. Montserrat se quedó en la fría sala de espera. Tras terminar la revisión, los médicos le dijeron que Casandra estaba embarazada.

(Continuará)




Asmae Bouzarioh Lahbib

Grupo 1º BAC