29 de junio de 2015

El triunfo de la vida (XIII)


Un mes después, Casandra había conseguido reunir todo el dinero que necesitaba para continuar su viaje, y como había terminado su contrato, se despidió de Rubén dándole las gracias y entregándole una cadena que siempre llevaba en su mano. 

- ¿Por qué me regalas esto? -preguntó Rubén.

- Realmente no te la estoy regalando. Te la entrego para agradecerte de alguna manera todo lo que has hecho por mí. 

Casandra era sincera, pero había otro motivo por el que se quería desprender de esa cadena: le traía recuerdos de su mejor amiga, Mariana, cuando iban juntas a la librería en busca de novelas de amor; también cuando iban juntas a las monjas, porque una de ellas le regaló esa cadena. A Casandra no le gustaba recordar todo esto, porque pensaba que no hay momento más triste que recordar un momento feliz.

Casandra salió del hotel y continuó su camino. Horas más tarde, se encontraba ya cerca del aeropuerto. Sonreía de alegría, y pensó que sería buena idea ir primero a comer algo, porque sentía hambre. Preguntó por un restaurante cercano, y allí pidió el menú más barato. Cuando terminó de comer, dejó el dinero encima de la mesa y se fue corriendo al aeropuerto para coger el vuelo de las 18.30. No quería que se le escapara.

Fue la primera de los pasajeros en subir al avión; le hacía mucha ilusión llegar a Alemania. Entonces, Casandra recordó el momento más triste de su vida: cuando viajó a Málaga para ver a su padre ingresado en el hospital (ver: El triunfo de la vida V). Se dio cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Sus pensamientos también viajban en aquel avión rumbo a Alemania, recordando la muerte de su padre y aquel chico que estaba en la fiesta de Mariana y que volvió a encontrar en aquel mismo aeropuerto.

Casandra cerró los ojos y empezó a llorar silenciosamente. Después, se quedó dormida. Cuando despertó, se dio cuenta de que todos los pasajeros a su alrededor la miraban. Se observó a sí misma y descubrió que daba pena por su aspecto físico. Sintió vergüenza, se levantó de su asiento y se marchó hasta el final del avión, donde todavía quedaban asientos libres.

(Continuará)




Asmae Bouzarioh Lahbib

Grupo 1º BAC