25 de mayo de 2015

Mi Diario

Querido diario:

No te vas a creer lo que me ha pasado hoy. Era una pesadilla. Esta mañana iba camino del instituto con mi madre y llevaba mi mochila. Iba pensando en si había cogido el bocadillo y de repente, sentí que algo se movía dentro de la mochila. Si hubiese sido el bolso de mi madre, habría creído que era su móvil, porque yo no tengo móvil, y si lo tuviera, ni loca me dejarían llevarlo al insti.

¿Qué sería aquel extraño movimiento que notaba en mi espalda? En la mochila solo llevaba el estuche y el libro de mates. Me imaginé todos los números saltando del libro y montando un numerito. Luego me acordé del cocodrilo de Peter Pan, que se tragó un despertador y andaba por ahí haciendo tic tac, tic tac. ¿Y si había metido el despertador dentro de la mochila sin darme cuenta?

Fuera lo que fuera, aquello que llevaba pegado a mi espalda se movía más y más. Yo estaba empezando a ponerme nerviosa; nunca me pareció tan largo el camino hasta el instituto. 

Encima llegué tarde y ya no quedaba nadie en el patio. ¡Horror, estaban todos dentro! Subí volando y llegué a clase de matemáticas agotada. Fui a mi sitio, puse la mochila en el suelo y no paré de mirarla. Se movía, lo estaba viendo. Sentí un sudor frío que me iba recorriendo el cuerpo. Me sentía asustada. ¿La abro, no la abro? La abrí y allí estaba el libro de mates y nada más. No había números sueltos, pero el libro estaba lleno de pipas. ¿Pipas? Al lado, medio abierto, estaba el bocadillo, y ¡zas!, algo salió zumbando de mi mochila como una bala.

- ¡Un hámster! ¡Un hámster! -gritaron todos. 

Ya ves, querido diario, lo sinvergüenza que es mi hámster.


Loubna Belkadi

Grupo 1º C ESO