Érase una vez un niño llamado Javier, de cuatro años, que tenía muchos muñecos.
Un día de invierno, era de noche y hacía mucho frío. Caían truenos, relámpagos, nevaba... Era una gran combinación de todo, y Javier estaba muy asustado. El pobre, a cada relámpago que veía, se asomaba a la ventana, mientras que sus muñecos se los llevaba el aire.
Un día de invierno, era de noche y hacía mucho frío. Caían truenos, relámpagos, nevaba... Era una gran combinación de todo, y Javier estaba muy asustado. El pobre, a cada relámpago que veía, se asomaba a la ventana, mientras que sus muñecos se los llevaba el aire.
Al día siguiente hacía mucho sol. Javier fue a jugar con los muñecos pero no encontró ninguno. Buscó y buscó, y poco después encontró uno que tenía forma de diablo. Su aspecto era más o menos así:
Dijo Javier: - Mamá, he encontrado un muñeco nada más. Yo quiero más. Por favor, cómprame más.
- Vale, pero cuando cobre. Por ahora juega con el que tienes -, contestó la madre.
- Vale - dijo Javier orgulloso.
Con el tiempo, Javier estaba aburrido y preguntó: - Máma, ¿cuánto queda para que cobres?
- Mucho. Mientras, juega con tu muñeco. No le tengas miedo, no te hará nada. Es solo un muñeco.
- Vale, mamá - respondió Javier.
Javier decía en su cabeza: "No pasa nada. Solo es un muñeco". Y se quedó jugando mucho tiempo con el muñeco. Le tocó los ojos y el muñeco dijo: "Javier, te mataré", con una voz monstruosa.
Javier se fue llorando y dijo a su madre: - ¡Mamá, el muñeco me está hablando!
- Son imaginaciones tuyas, -dijo la madre.
Su madre se fue y en la casa se quedó su tía. El niño estaba mirando el muñeco cara a cara desde una distancias de cinco o seis metros y entonces repitió: "Te mataré". Javier buscó a su tía y le dijo que el muñeco quería matarle.
- ¿Otra vez con el muñeco? - le dijo su tía gritando, y se dio la vuelta cabreada. Entonces el muñeco le saltó con la navaja mariposa y mató a la tía. Gritó la tía y el muñeco dijo:
- Hahahahahaha. Ya estoy completo. Buscaré a mi familia y mataré a toda la humanidad.
Llegó la madre de Javier y encontró toda la cocina llena de sangre. El muñeco gritó otra vez: - ¡Hahahahahaha!
Bilal (1º H ESO)