14 de marzo de 2011

El ciervo, el manantial y el león


Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial. Después de beber, vio su reflejo en el agua. Al comtemplar su hermosa cornamenta, sintióse orgulloso, pero quedó descontento por sus piernas débiles y finas.

Sumido aún en estos pensamientos, apareció un león que comenzó a perseguirle. Echó a correr y le ganó una gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del león en su corazón.

Mientras el campo fue llano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, no pudiendo escapar, fue atrapado por el león. A punto de morir, exclamó para sí mismo:

- ¡Desdichado! Mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que ponía toda mi confianza, son los que me pierden.

Moraleja: Muchas veces, las personas que consideramos más indiferentes, son quienes nos ayudan cuando tenemos problemas, mientras que los que nos adulan ni siquiera se asoman.


ESOPO:
Se supone que fue un famoso escritor de fábulas de la Grecia antigua. No está probada su existencia como persona real.

Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento, y la descripción de su vida también es contradictoria, aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C.

Las fábulas de Esopo derivan de los relatos populares y son consideradas por algunos autores como una verdadera sátira social.

En la antigüedad, las fábulas de Esopo se utilizaron como libro de texto en las escuelas, y su figura se vio rodeada de elementos fantásticos y leyendas.