Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial. Después de beber, vio su reflejo en el agua. Al comtemplar su hermosa cornamenta, sintióse orgulloso, pero quedó descontento por sus piernas débiles y finas.
Sumido aún en estos pensamientos, apareció un león que comenzó a perseguirle. Echó a correr y le ganó una gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del león en su corazón.
Mientras el campo fue llano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, no pudiendo escapar, fue atrapado por el león. A punto de morir, exclamó para sí mismo:
- ¡Desdichado! Mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que ponía toda mi confianza, son los que me pierden.
Moraleja: Muchas veces, las personas que consideramos más indiferentes, son quienes nos ayudan cuando tenemos problemas, mientras que los que nos adulan ni siquiera se asoman.
Se supone que fue un famoso escritor de fábulas de la Grecia antigua. No está probada su existencia como persona real.
Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento, y la descripción de su vida también es contradictoria, aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C.
Las fábulas de Esopo derivan de los relatos populares y son consideradas por algunos autores como una verdadera sátira social.
En la antigüedad, las fábulas de Esopo se utilizaron como libro de texto en las escuelas, y su figura se vio rodeada de elementos fantásticos y leyendas.
Las fábulas de Esopo derivan de los relatos populares y son consideradas por algunos autores como una verdadera sátira social.
En la antigüedad, las fábulas de Esopo se utilizaron como libro de texto en las escuelas, y su figura se vio rodeada de elementos fantásticos y leyendas.