Internet está aportando supuestamente un caudal léxico impresionante. Pero nos hallamos de nuevo ante un espejismo. Que también cuenta con antecedentes. El ciberlenguaje ha entrado con los avances tecnológicos y con una brutal influencia del inglés: se plantean pésimas traducciones y adaptaciones (bajar, cuando lo que se baja no deja de estar donde estaba, sino que se duplica; archivo o fichero, cuando se trata de un único documento y no de un lugar donde se ordenan varios...); una amplia adopción de barbarismos (los inútiles hardware y software, que imagino se sustituirán paulatinamente por aparato —o por ordenador y computadora— y programas, con analogía en el continente y el contenido de los televisores: televisor o aparato; y programas o programación), y la cursi afectación de modismos clonados que arrinconan mejores fórmulas de nuestro idioma (comando en vez de orden; en tiempo real en vez de inmediato, al instante, simultáneo o simultáneamente; clicar o cliquear en lugar de pulsar...). Pero así ha sucedido ya en otros ámbitos, y la experiencia muestra que el idioma español se defiende finalmente de esos intrusos aportando sus propias palabras y adoptando para el lenguaje común determinados vocablos eficaces y algunos tecnicismos que el pueblo alcanza a entender. El resto desaparece. (...)
Internet y todo el mundo nuevo de la informática están creando, es cierto, un vocabulario especializado. Sin embargo, nos encontramos ante una situación que también conocíamos. El fútbol, inventado en Inglaterra, nos trajo una jerga que incluía en su tiempo palabras como referee, goalkeaper, linier, offside, manager, shoot, dribbling…; que luego se quedaron en árbitro, portero, juez de línea en España y abanderado en México, fuera de juego en España y fuera de lugar en otros países hispanos, secretario técnico, disparo o lanzamiento y regate. Y el viejo plongeon se dice ahora tirarse a la piscina (si se pretende simular una falta) o estirada y palomita (si se trata de una acción del guardameta). La palabra football era traducible, por supuesto; pero balompié no tenía una existencia anterior a football. En cambio, sí existían portero, delantero, defensa... y a causa de eso no prosperaron las fórmulas foráneas. En el caso de la informática, mensaje es anterior a mail, enlace precede a link y conectar y enchufar se conocen antes que plugin. Y, por supuesto, el prefijo griego ciber cumple con ventaja (y con más antigüedad) el papel de la raquítica e que en inglés (menos rico que el español en estos prefijos, infijos y sufijos) sirve para abreviar el concepto electrónico. Por eso podemos decir cibermensaje, cibercorreo, ciberdirección, ciberbuzón (términos éstos que un norteamericano común no sabría diferenciar, pues en todos los casos diría e-mail) o cibercafé, ciberforo y cibercharla. Bastará que ciertos hablantes de prestigio o algún medio de comunicación acudan a estas fórmulas para que los usuarios del español reconozcan en ellas los auténticos genes de su lengua y se olviden de las clonaciones del inglés para acudir así a sus propios cromosomas, con los que sin duda se sentirán más cómodos porque se adaptarán mejor a su pensamiento y al perfume de las palabras heredadas.
Álex Grijelmo
Ciberlenguaje provisional
II Congreso de la Lengua española. Zacatecas (México)
(Puedes leer la ponencia completa aquí)
Álex Grijelmo
Ciberlenguaje provisional
II Congreso de la Lengua española. Zacatecas (México)
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