20 de abril de 2015

Historia Interminable


No tengo más oficio que estar solo,
mirando la techumbre de las nubes.

A veces, en el cielo veo pájaros,
y alguna vez un rayo que me alumbra.

Puede que pase un viento.
Pero nunca se ve.

Y lo cruel es que nunca tu mirada
te defienda de aquello que te azota.




Miguel Fernández:

Secreto, secretísimo (1990)