21 de noviembre de 2014

La venida a Melilla

Al fin vinieron las vacaciones de verano y nos merecíamos un descanso, no hay nada mejor que un viaje a Marruecos. Ese año fue diferente: pasamos por la frontera de Melilla.

Esa frontera es muy diferente a la de cada año. Todo era diferente, no nos sonaba nada, ni siquiera la lengua, pero fue divertido.

Pasaron las vacaciones y ya era tiempo de volver a casa aunque nadie lo quisiera. El día 31 de agosto nuestros padres nos hicieron sentar a todos para decirnos algo importante; fue algo así:

Mamá: _ Ha llegado el día en el que os vamos a decir una sorpresa que teníamos planeada. Nos preguntábamos si os gustaría ir a vivir a Melilla. 

Los cuatro hermanos nos lo imaginamos y nos pareció fantástico; no salió más que sí de nuestras bocas. Pero hasta el momento no sabíamos nada de Melilla.

Volvimos a pasar por la frontera de Melilla pero esta vez era de día y todo era más claro. La gente nos miraba como si fuéramos de otro mundo y nosotros, también. Nos quedamos con la boca abierta. 

Una vez pasada la frontera, pensé que todavía estaba en Marruecos. Mirara donde mirara solo había marroquíes y lo más impactante: ¡¡abuelas marroquíes hablando perfecto el español!! Bueno, mejor dicho, melillense.

Al parecer Melilla es pequeña, más de lo que esperábamos. Todo era diferente: la manera en la que piensan, la gente es más abierta… En cambio, la vida en Cataluña es como la de un universitario. Aquí en Melilla tienes más tiempo para ti. 

Nos ha encantado la playa y nos hemos acostumbrado a la ciudad. No nos arrepentimos de nuestra decisión y espero que tengamos un buen futuro en nuestra nueva ciudad, Melilla.

Inas Foukani-Zailachi Boulif

GUPO 2º A ESO