Había una vez un hombre al que le gustaba leer historias de caballeros andantes, y decidió imitar a los protagonistas de estas historias.
Un día el Quijote se vistió de caballero y salió a cabalgar con su caballo blanco montaña tras montaña, pradera tras pradera, pueblo tras pueblo, y se encontró con Sancho, un viajero que decidió acompañarle.
Quijote viajaba en su caballo, y Sancho en burro. Juntos fueron luchando contra los malos caballeros que atacaban aldeas, comercios, y casas.
Lucha tras lucha consiguieron derrotar a todos los malos y fueron caballeros para hacer el bien y traer la felicidad a los pueblos.
Omar Halhal (2º C ESO)