31 de agosto de 2017

Don de la ebriedad

Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.

Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!

Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?

Y, sin embargo —esto es un don—, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.

Claudio Rodríguez


Claudio Rodríguez García nació en Zamora el 30 de enero de 1934 y falleció en Madrid el 22 de julio de 1999. Fue un distinguido poeta español que estuvo ligado a la poesía desde su más tierna infancia.

Durante muchos años se dedicó a la enseñanza, aunque su verdadera pasión siempre fue escribir y no cesó de hacerlo, recibiendo por ello innumerables reconocimientos públicos. Entre sus obras más destacadas y alabadas se encuentran "El vuelo de la celebración", "Desde mis poemas" y "Don de la ebriedad". Además también fue escogido para formar parte de la RAE, ocupando uno de los sillones de la Academia.

Algunos de los premios que se le han otorgado son el Nacional de Poesía, el Príncipe de Asturias de las Letras y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.