22 de mayo de 2012

Harry Potter

¿Vampiros? ¿Hechiceras? La cabeza de Harry era un torbellino. Hagrid, mientras tanto, contaba ladrillos en la pared, encima del cubo de basura.

-Tres arriba... Dos horizontales... –murmuraba-. Correcto. Un paso atrás, Harry. 

Dio tres golpes a la pared, con la punta de su paraguas. El ladrillo que había tocado se estremeció, se retorció y en el medio apareció un pequeño agujero, que se hizo cada vez más ancho. Un segundo más tarde estaban contemplando un pasaje abovedado lo bastante grande para Hagrid, un paso que llevaba a una calle con adoquines, que serpenteaba hasta quedar fuera de la vista. 

-Bienvenido –dijo Hagrid- al callejón Diagon. 

Sonrió ante el asombro de Harry. Entraron en el pasaje. Harry miró rápidamente por encima de su hombro y vio que la pared volvía a cerrarse. El sol brillaba iluminando numerosos calderos, en la puerta de la tienda más cercana.

“Calderos – Todos los Tamaños – Latón, Cobre, Peltre, Plata – Automáticos – Plegables”, decía un rótulo que colgaba sobre ellos.

-Sí, vas a necesitar uno –dijo Hagrid- pero mejor que vayamos primero a conseguir el dinero. 

Harry deseó tener ocho ojos más. Movía la cabeza en todas direcciones mientras iban calle arriba, tratando de mirar todo al mismo tiempo; las tiendas, las cosas que estaban fuera y la gente haciendo compras. Una mujer regordeta negaba con la cabeza en la puerta de una droguería cuando ellos pasaron, diciendo: “Hígado de dragón a diecisiete sickles la onza, están locos...” 

Un suave ulular llegaba de una tienda oscura que tenía un rótulo que decía: “El emporio de las lechuzas. Color pardo, castaño, gris y blanco”. Varios chicos de la edad de Harry pegaban la nariz contra un escaparate lleno de escobas. “Mirad –oyó Harry que decía uno- la nueva Nimbus 2000, la más veloz”. Algunas tiendas vendían ropa; otras, telescopios y extraños instrumentos de plata que Harry nunca había visto. Escaparates repletos de bazos de murciélagos y ojos de anguilas, tambaleantes montones de libros de encantamientos, plumas y rollos de pergamino, frascos con pociones, globos con mapas de la luna...

J. K. Rowling: Harry Potter y las reliquias de la muerte (2008)

Joanne Rowling (Yate, Reino Unido, 1965) es la autora de la historia fantástica de Harry Potter. Rowling escribió dos novelas para adultos, que nunca trató de publicar, antes de que se le ocurriera la idea de Harry Potter. Según Rowling, al finalizar un viaje en tren, tenía todos los personajes creados. La publicación de la saga de Harry Potter fue una hazaña, ya que en los primeros intentos fue rechazado por distintas editoriales. Al conseguir que publicaran su primer libro, éste fue un éxito enorme. Las ventas de los libros la han convertido en una celebridad. 

Según sus palabras, la saga de Harry Potter consta de siete libros, una para cada año en la escuela de Hogwarts. A pesar de la fama que sus libros han adquirido en estos últimos años, la escritora continúa sorprendiendo a los lectores con su inigualable fuerza narrativa. La escritora obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, en 2003. 


Los libros de Harry Potter:

Harry Potter y la piedra filosofal (1997)
Harry Potter y la cámara secreta (1998)
Harry Potter y el prisionero de Azkaban (1999
Harry Potter y el cáliz de fuego (2000)
Harry Potter y la Orden del Fénix (2003)
Harry Potter y el misterio del príncipe (2006)
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (2008)