Ese sábado me quedé toda la tarde sin ir a ningún sitio. Compré rufitos, chocolate, zumo, etc. Puse la tele cuando todavía faltaba media hora para que empezara el partido, y estaba esperando a que mi padre llegara de Marruecos. Cuando vino traía dos pizzas, y sabía que para este partido no nos iba a faltar de nada.
Cuando empezó el partido más esperado, cuando aún no llevaban ni un minuto, se me quitaron las ganas de verlo, porque marcó un gol el Madrid tras un regalo de Valdés a Di María que terminó Benzemá. Mi padre estaba saltando de contento, y yo estaba insultando al portero por lo que hizo, pero confiaba en que mi equipo iba a remontar. Después de un rato, en el 42 de la primera parte, con una jugada y un pase de Messi a Alexis, que estaba luchando con Pepe, chutó desde fuera del área con un pase ajustado al palo donde el portero no podía llegar y ahí es donde yo salté y grité: ¡Gooool!
En la segunda parte vi que el Madrid estaba defendiendo y que el Barça dominaba. Después de un rato atacando, en el minuto 68 le vino el balón a Xavi, pegó un sorprendente disparo que intentó parar Marcelo, lo llevó donde estaba Casillas, que lo intentó coger, lo tocó con los dedos, dio en el palo y entró. ¡Gool! (Pero esta vez grité en tono más bajo). Lo que me sorprendió mucho que aunque iba perdiendo, Mourinho seguía mandando al equipo a defender, y Guardiola seguía al ataque. Así llegó el tercero en el minuto 80, con un gran centro de Alves y remate de cabeza de Fábregas. Fue entonces cuando el Madrid atacó un poco e hizo algunos tiros Cristiano Ronaldo, pero no fue suficiente para poder vencer al poderoso Barça. En el Bernabéu venció por 1-3 el FC BARCELONA.
Riduan Ahmed (2º E ESO)