¡Aquí está! ¡Venid todos!
¡Cavad, cavad!
¡Mis manos echan sangre,
y ya no pueden más!
¡Aquí está!
¡Entre la tierra húmeda,
qué olor a eternidad!
¡Aquí está!
¡Oíd mi aullido largo
contra el sol inmortal!
¡Aquí está! ¡Venid todos!
¡Cavad, cavad, cavad!
¡Cavad, cavad!
¡Mis manos echan sangre,
y ya no pueden más!
¡Aquí está!
¡Entre la tierra húmeda,
qué olor a eternidad!
¡Aquí está!
¡Oíd mi aullido largo
contra el sol inmortal!
¡Aquí está! ¡Venid todos!
¡Cavad, cavad, cavad!
Juan Ramón Jiménez: Piedra y cielo