3 de marzo de 2010

La Policía desarticula la mayor red dedicada a introducir inmigrantes argelinos en Melilla


De izquierda a derecha, Juan Manuel Calleja, Gregorio Escobar y Miguel Vaquero

La Policía Nacional ha conseguido desarticular la mayor organización dedicada en Melilla al tráfico de inmigrantes argelinos. En concreto, esta red se dedicaba a introducir en nuestra ciudad a familias completas procedentes de Argelia, facilitando su traslado hasta Nador y, una vez allí, les proporcionaban documentación falsa con la que lograban pasar a Melilla por la frontera de Beni-Enzar en momentos de mayor afluencia. El objetivo era lograr que fueran acogidos en el CETI de Melilla y, después, obtener la residencia legal en España por motivos humanitarios. En total, esta red ha conseguido 'colar' en Melilla a 200 inmigrantes argelinos, lo que supone el 85% de los que accedieron en el último año a nuestra ciudad.

Ocho meses de investigación han bastado a la Jefatura Superior de Policía de Melilla para desarticular la mayor organización dedicada en nuestra ciudad al tráfico de inmigrantes argelinos. Gracias a la Operación Tigre, abierta desde finales de junio de 2009, la Policía Nacional ha detenido a los 12 integrantes de esta red, que ha conseguido introducir en Melilla a unos 200 inmigrantes de Argelia, lo que supone el 85 por ciento de los que accedieron de forma irregular a nuestra ciudad el año pasado.

El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, junto con el jefe superior de Policía, Juan Manuel Calleja, y el comisario segundo jefe, Miguel Vaquero, comparecieron ayer públicamente para informar de esta “importantísima” actuación policial, que ha estado coordinada por el Juzgado de Primera Instrucción número 4 de Melilla.

Según los datos facilitados por Escobar, los 12 detenidos son de nacionalidad marroquí y argelina. De ellos, ocho son hombres y cuatro mujeres. La organización a la que pertenecían estaba fuertemente jerarquizada, y cada uno de sus integrantes actuaba “con roles muy determinados” tanto en la frontera entre Melilla y Marruecos, como en la que separa Marruecos de Argelia.

En concreto, captaban a sus víctimas en ciudades de Argelia como Orán o Magnia, previo pago de una “importantísima cantidad de dinero”. A pesar de que este dato no pudo ser concretado, Calleja recordó que las cuantías económicas que se llegan a pagar en el tráfico ilegal de seres humanos suelen ser altas, lo que obliga a las víctimas a hipotecar todas sus propiedades o incluso pedir ayuda económica a sus familiares.

Tras el pago de la cantidad acordada, esta red trasladaba a sus víctimas hasta la provincia de Nador, les proporcionaba documentación falsa para que pudieran pasar a Melilla a través de la frontera de Beni-Enzar, habitualmente en hora punta, cuando se registra una mayor aglomeración de personas que tratan de pasar de Marruecos a nuestra ciudad y viceversa.

Una vez en Melilla, los inmigrantes trataban de ser acogidos en el CETI y, después, regularizar su situación alegando motivos humanitarios. Para conseguir de forma más fácil este objetivo, la red intentaba captar sobre todo a familias completas, como matrimonios con hijos, para que intentaran evitar su repatriación a Argelia acogiéndose a situaciones excepcionales y razones humanitarias. Para ello, entre la documentación falsa que se les proporcionaba se encontraban libros de familia manipulados.

Inicio de la Operación Tigre.

El incremento de familias argelinas que llegaban con documentación falsa levantó las sospechas de la Policía Nacional, que inició a finales de junio de 2009 la denominada Operación Tigre con la participación de la brigada de Extranjería y Frontera, concretamente de la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsedad (UCRIF).

A lo largo de ocho meses, la Policía Nacional ha recabado pruebas para lograr la desarticulación de esta organización y evitar la fuga de los integrantes que no residen en Melilla. Tres de los cuatro últimos detenidos en la fase final de la investigación policial son considerados los cabecillas de la red.

Además, a lo largo de la operación se han llevado a cabo varios registros domiciliarios, dos de ellos en el interior del CETI, lo que ha permitido a la Policía Nacional obtener “importante documentación” que en estos momentos está siendo objeto de estudio “para determinar que se puedan llevar a cabo nuevas actuaciones”.

El delegado del Gobierno indicó que los 12 detenidos están imputados por un delito contra el derecho de los ciudadanos extranjeros, por la que podrían ser condenados a un máximo de ocho años de prisión, y por otro delito de falsedad documental, cuya condena máxima es de seis años de cárcel. Además, estos delitos se verían agravados por el hecho de que han sido cometidos por asociación ilícita.

Felicitaciones.

Escobar felicitó a la Policía Nacional por el desarrollo de esta operación, lo que, según dijo, demuestra que la Jefatura Superior “mantiene una vigilancia permanente de la entrada de personas” a Melilla mediante el control documental. El delegado del Gobierno recordó que se trata de “un elemento fundamental para garantizar nuestra seguridad y cumplir con los compromisos internacionales de España como frontera Sur de Europa.

Asimismo, destacó que las Fuerzas de Seguridad del Estado “no bajan en ningún momento la guardia ante el control de la inmigración irregular”. Prueba de ello es, según dijo, que el CETI se encuentra en la actualidad con una capacidad de unas 400 personas, de modo que “hay una situación de perfecta atención y acogimiento” en el centro.

Melilla Hoy, 03-03-09.