Según el rotativo, dos alumnos del IES Rusadir se niegan a estudiar Música porque creen que lo prohíbe su religión.
Los protagonistas del reportaje observan desde lejos el cementerio
El diario ‘El País’ publicó ayer un reportaje en el que denunciaba una supuesta extensión en Melilla del salafismo, cuyas “costumbres más rigoristas comienzan a aflorar en las aulas de algunos colegios públicos”.
“Es la estampa de una minoría creciente que componen algunos taxistas barbudos, mujeres con burka y niqab y mezquitas radicales donde se explica sin rubor que cantar, bailar, ir al teatro, al cine o ver la televisión es pecado”, asegura el rotativo nacional en este artículo, firmado por el periodista de investigación José María Irujo.
En este reportaje, ‘El País’ se hace eco de la historia de dos alumnos de primero de ESO del Instituto Rusadir que, según el diario, se niegan a estudiar la asignatura obligatoria de Música por considerar que va en contra de la religión musulmana.
“Desde niños han oído en su entorno una frase rotunda y turbadora: ‘La música es la trompeta de Satán’, la encarnación suprema del mal. Suleiman, Abdelkrim y Lamia -nombres supuestos- temen que el sonido de sus flautas les hechice y empuje al pecado. Ellos no quieren pecar, alguien les ha dicho al oído que los instrumentos musicales están prohibidos en su religión. Como en Afganistán durante el régimen talibán o en Somalia, donde hace un año Moallim Hashi Mohamed Farah, un jefe del grupo islamista Al Shabab, fiel aliado de Al Qaeda, dio 10 días de plazo a las emisoras de radio de Mogadiscio para que pararan la emisión musical”, se afirma en el reportaje.
MELILLA HOY. Redacción